CONSCIENCIA
(Los
niños hacen como que están durmiendo en la entrada de la cueva)
Hace
mucho mucho tiempo, antes incluso de que se inventara el reloj...
hace tanto, tanto tiempo que ni mi padre ni mi madre, ni mi abuela ni
mi abuelo habían nacido, tampoco los vuestros. Fue entonces que una
familia muy diferente y a la vez muy igual a la nuestra despertó de
un sueño. Se cree que fue un sueño largo pero en realidad no se
sabe ni cuánto durmieron ni por qué estaban dormidos.
Lo
que sí se sabe es que el sueño borró de su memoria todo el pasado
y no se acordaban de nada, ni siquiera de su nombre. No sabían
escribir, ni leer, ni dibujar, ni hablar... ¡No conocían al de al
lado! Y como no sabían contar ¡tampoco sabemos cuántos eran
exactamente!
Se
despertaron poco a poco, con los rayos de sol, justo en la entrada de
una cueva oscura y grande, en la ladera de una montaña, en un
pequeño valle verde, verde, verde. La cueva era casi como esta que
tenemos aquí, pero más grande porque si lo intentaban cabían todos
y hasta hubieran cabido tres o cuatro familias más. No tenían nada
de nada, sólo la naturaleza. No había muebles, ni lámapras, ni
aparatos eléctricos, ni móbiles, ni Play Station, ni ropa, ni
zapatos... nada de nada. Sólo tenían una mañana soleada, como he
dicho y fueron los rayos de sol (y también, quizá el piar de los
pájaros) lo que les despertó. O quizá... ¿algo les despertó?. El
caso es que todos a la vez despertaron.
(hacen
como que despiertan, los niños).
CONFUSION
Había
entre ellos niños, adultos y ancianos. Mujeres y hombres, niñas y
niños había. Pero sobre todo niñas y niños como vosotros. Todos
los dormidos despertaron, abrieron los ojos al calor del sol y al
canto de los pájaros, y vieron la hierba verde y las flores.
Como
no se acordaban de nada se miraron los unos a los otros con cara de
gran sorpresa, incluso con cara de susto terrible diría yo. Algunos
respiraron hondo y se calmaron, otros gritaron, otros salieron
corriendo ladera abajo, de esos nunca más se supo nada. Se perdieron
probablemente. (los niños se miran entre sí
con cara sorprendida, yo salgo corriendo, Soraya sale corriendo,
salimos todos corriendo).
Como
ellos no se veían pero veían la cara del de enfrente de extrañeza
empezaron a tocarse sus propias caras para comprobar que la cara de
asombro del de enfrente no era por ellos o por lo feos que eran.
También llegaron a pensar que les faltaba algo en la cara, así que
tocaron las orejas al de enfrente, y luego las suyas para comprobar
que las tenían, la nariz, los ojos, el cuello y los hombros.
(nos
tocamos para comprobar que tenemos todo en la cara, las orejas, los
ojos, la nariz) Comprobaron que todo estaba en orden, que no
les faltaba nada, y ya más serenos se miraron con algo de
desconfianza pero más calma.
ACEPTACION
Al
cabo de un tiempo se tranquilizaron casi del todo, al fin y al cabo
como no se acordaban de nada, no podían comparar su situación con
otra. Así que lo que veían tenía que ser lo correcto, tenían que
aceptar las circunstancias tal y como eran. Con lo que tenían
alrededor debían conformarse. Si alguna vez habían tenido
televisión, no se acordaban, así que no podían echarla de menos.
A ellos no les faltaba ningún miembro así que también estaban
correctos. En fin, lo que tenían alrededor tenía que estar bien
porque no podían compararlo con nada más. Y vosotros qué creeis
¿se puede vivir sin tele, o sin Play Station, o sin mobil? (los
niños contestan)
CUBRIR
NECESIDADES BASICAS
Cuando
se tranquilizaron lo suficiente, comenzaron a darse cuenta de otras
cosas. No tenían frío porque el sol les calentaba, tampoco se
acordaben de lo que era así que eso no les preocupó (al menos de
momento). Pero como se habían despertado todos a la vez, también
todos a la vez se dieron cuenta de que tenían un hambre voraz...
¿qué hacemos cuando tenemos hambre? (todos
nos tocamos la barriga en símbolo de apetito)
¡no sabemos cuánto llevaban sin comer! Seguramente no
demasiado porque si no no se habrían despertado... porque si no
comes correctamente ¿qué pasa? Puedes enfermar (que
contesten los niños) pero cuánto llevaban sin comer nosotros
lo ignoramos, .. El caso es que tuvieron que buscar alimento porque
las tripas les rugían. Empezaron buscando primero alrededor suyo,
cerca de la cueva y también dentro de la cueva. Como se les había
olvidado todo tampoco sabían bien qué era lo que tenían que comer,
así que probaron comerse la hierba, la tierra y las piedras. No
funcionó, no les gustó y no les quitó el hambre. De pronto
encontraron unas plantas con bolitas y se comieron las bolitas, eran
frutas. Vieron otros seres distintos corriendo y fueron a por ellos,
se los comieron. Sus pieles las guardaron, porque les parecieron
interesantes y quizá más adelante les servirían. Luego encontraron
un manatial de agua clara y bebieron. Ahora estaban contentos. Y el
día pasó. Ellos no sabían que cuando acaba el día ¿qué pasa?
(contestan los niños)
El
sol se va y también la luz.
Se
les hizo de noche y les entró miedo, pero también sueño. Aunque no
se acordaban puede que no fuera la primera noche que pasaban. Se
juntaron todos y se durmieron al lado de la cueva. Con todas
las emociones que habían tenido se durmieron en seguida sin saber
qué pasaría después, el sueño fue más fuerte que el miedo.
Sintieron un poco de frío y se taparon con las pieles. Se
acurrucaron unos contra otros y así pasaron la noche. Cuando volvió
a salir el sol ya las cosas se veían de otro modo. Comenzaron a
crear sus recuerdos.
SE
COMIENZAN A PREGUNTAR COSAS/PRIMERAS PINTURAS RUPESTRES EN ARENA
Pasaron
varios días. Se despertaban, cazaban, recolectaban (ellos tenían
que hacerlo porque no existían los supermercados ni las tiendas del
barrio) luego comían, bebían y dormían. (Hacemos
como que recolectamos, comemos, bebemos y dormimos otra vez)
Todo cerca de la cueva. No se movían demasiado del sitio en el que
habían despertado la primera vez porque no querían que les pasase
como a aquellos que salieron corriendo ladera abajo, a los que nunca
más se vio, no querían perderse. Y al fin y al cabo la cueva era
su única referencia; comenzó a ser como su casa, o al menos como el
portal porque no se atrevían a meterse dentro. Pero esa gran
abertura en la tierra les producía gran curiosidad y a la vez gran
fascinación. La miraban como embobados dejando los ojos fijos en su
inmensa oscuridad. No sabían qué era pero de vez en cuando veían
salir animalillos de dentro, como animales con alas o cuatro patas.
(¿qué animales podían estar dentro de la
cueva?) Alrededor suyo también había animales en familia
como ellos. Unos de los que más les impresionaron eran las vacas y
los toros que por ahí vivían. Los veían tan grandes que se sentían
muy impresionados. Supusieron que de aquel agujero también habían
salido ellos como salían los otros animales. Creyeron entonces que
todos los que estaban allí habían salido de ella, ella era su
creadora. Como no se acordaban de nada era como si hubieran
descubierto a su madre. Sin quererlo habían creado la base de
nuestra mitología, que es una explicación de lo que veían y no
entendían de una manera un poco inventada, pero que solucionaba sus
dudas. Como no se acordaban de nada la Tierra misma les dio las
pistas para crear su historia. Así nace “AMALURRA” que es la
Madre Tierra. Así pasaron algunas noches y
algunos días hasta que se dieron cuenta de que por la noche había
algo que brillaba por encima de sus cabezas y que iba cambiando cada
noche un poco más hasta desaparecer, luego comenzaba de nuevo a
crecer. Se hacía grande y luego pequeño. ¿Quién
sabe que es esto? Y por el día estaba
la luz intensa que les había despertado en un primer momento, mucho
más potente y luminosa, cálida, y a la que no se le podía mirar
directamente porque te dejaba ciego. Era como un disco brillante
¿Quién sabe qué era? Y
como ellos ya creían que Amalurra les había puesto donde estaban
también creyeron que había puesto el sol y la luna en el cielo.
AMALURRA
se lo había dado todo.
Como
se les habían olvidado tantas cosas también se les había olvidado
hablar. A ver cómo se nos olvida hablar, intentemos hablar sin
palabras ni letras, a esto se le llama “sonidos guturales”.
Para
comunicarse, entonces, se dieron cuenta de que podían realizar
pequeños dibujos en la tierra de la cueva, yo me he traído un
poquito para hacer unos cuantos dibujos como ellos. Así las mamás
podían mandar a los niños a la cama cuando se iba la luz.
Ahora
Quiero que mandéis a los niños a la cama dibujando el sol y la
luna. (utilizamos los marcos con la tierra y unos palos)
Con
esos pequeños dibujos podían comunicarse y representaban lo que
veían o los sonidos que hacían para representar las cosas. También
tuvieron que representar a Amalurra y de igual forma que de una madre
sale un niño de Amalurra salieron todos así que tenía forma de
mujer. Así surge la figura de MARI
a la que se identifica como la que da el Sol y la Luna a las
personas. (Vamos a ver a Mari, el cuadro) En
el cuadro explicamos que Mari vive en las montañas, en las cuevas de
toda Euskadi, como lo hacía la familia que estamos describiendo,
aunque ellos sólo en una cueva. Desde ahí protege a la gente, la
vigila, y le gusta que nos portemos bien. ¿Alguien
sabe en qué cueva está más tiempo viviendo Mari? Hay algunos que
aseguran que cuando está la cima del monte se cubre de nubes y
cuando se va se despeja.
Un
día vieron salir de la cueva una culebra que parecía familiarizada
con el lugar. Algunos de la familia dijeron que a veces veían una
semejante entrar y salir de la cueva. Tan segura parecía entrando y
saliendo de aquella que ahora también era su casa que imaginaron que
ya estaba allí cuando ellos entraron de nuevo. Supusieron que venía
a visitar a Mari. La llamaron SUGAAR y
es el culebro que va a ver a Mari. (Vamos a ver
al culebro) Hace lo que ella le dice y viene a verla cuando le llama.
DESCUBRIMIENTO
DEL FUEGO
Cada
vez hacía más frío fuera así que ellos, cada vez, se iban
adentrando más en la cueva. Se convirtió en su refugio. Y un día
comenzó a llover fuerte, fuerte y a hacer frio y ya se tuvieron que
meter dentro del todo. (nos metemos en la cueva
haciendo que tenemos frío). El único problema que tenían
era que dentro no veían nada. Tuvieron que encontrar algo que les
diera luz ¿Quién sabe qué descubrieron? (contestan
los niños)
Y
así, con el fuego, estuvieron más contentos porque veían, se
calentaban y comenzaron a calentar los alimentos, como hacen las
mamás con la comida. Con el fuego se sentían más protegidos,
calentitos y podían ver. Alrededor de él se sentaban y hacían sus
dibujos en la arena. Así comenzaron a comunicarse medio con sonidos,
medio con dibujos. Cuando desarrollaron su lenguaje comenzaron a
contarse las cosas que les ocurrían delante de la hoguera. Luego se
inventaron la música y se inventaron canciones y las cantaban. Se
sentaba toda la familia alrededor del fuego. Y como el fuego les
protege, también protegía la cueva. Y como el animal más
impresionante que habían visto alrededor de la cueva era el toro se
imaginaron que un toro de fuego protegía la cueva. Así se
imaginaron a ZEZENGORRI. (Vamos
a ver a Zezengorri que es el cuidador de los tesoros de la cueva,
aparece algunas veces con Mari, es uno de sus símbolos).
Alrededor de la hoguera se empezaron Ahora de día estaban fuera de
la cueva buscando comida y haciendo sus labores y de noche dentro de
ella contando historias y durmiendo. Como dentro estaban protegidos,
lo de fuera les comenzó a dar más miedo cuando era de noche. A la
noche le pusieron su nombre, como si de una persona se tratase. No
salían de noche y determinaron que “lo del día para los del día
y lo de la noche para los de la noche”. Le pusieron un nombre
“GAUEKO”, el de la noche.
SE
DESARROLLAN LAS HISTORIAS Y SE MULTIPLICAN LOS MITOS
Un
día que estaban recolectando y cazando para comer uno de ellos se
encontró una flor muy parecida al sol. Como estaba tan cerca de la
cueva creyeron que había sido Mari la que la había puesto cerca.
Crecía a ras de suelo y estaba como seca. ¿Alguno sabe qué es lo
que encontraron?
Pues
es una flor que se llama EGUZKILORE
y como se parece tanto al sol porque también tienen tonalidades
doradas y estaba tan cerca de la entrada de su casa imaginaron que
les protegía cuando el sol no estaba y la luna tampoco. Por eso se
pone en la entrada de las puertas para que Gaueko y los de la noche
no entren. (Vamos a ver el Eguzkilore).
A
veces, mientras hacían sus cosas, parecía que había alguien que
les observaba y, en ocasiones, les ayudaba a encontrar las cosas que
se les perdían, ponían setas y frutos cerca para que los
encontraran... vamos, que les solían ayudar. Y como en primavera hay
insectos de todo tipo y muy variados imaginaron que ellos eran los
seres que les estaban ayudando. (A
ver niños ¿Qué bichitos nos podemos encontrar en el campo en
primavera?). Pues muchos de ellos imaginaron que también se
hacían personas como ellos, incluso algunos podían verlos. Son los
GALTXAGORRIAK (vamos
a verlos) Pero tan pronto te ayudaban como te agobiaban
queriendo ayudar todo el rato y no te dejaban en paz. Había que
mandarles tareas difíciles para que les dejaran en paz. Cuando
estaban delante de ellos se transformaban en insectos y otros bichos
(vamos a ver la libélula), pero siempre
querían ayudar. Había también otros como las LAMIAS
que a veces ayudaban y otras eran un poco petardillas.
VIDA
EN LA CUEVA
Pero
no siempre iban a estar en la cueva. Empezó a hacer mucho frío y
los animales se fueron y se quedaron sin qué cazar y sin qué comer.
Se fueron a zonas más llanas, así que no tuvieron más remedio que
marcharse con ellos. Su cueva había sido mágica y será siempre
mágica porque allí habían aparecido y habían vivido. Pero tenían
que comer y también empezaban a tener frío.
Pero
antes de marcharse dejaron una serie de dibujos que no se sabe bien
qué quieren decir pero que son sus señas de identidad. Dejaron
dibujos de animalitos y de manos. (nos vamos a
la cueva y con los tintes pintamos las paredes).
LA
VIDA EN EL LLANO
Una vez en las
llanuras comenzaron a construir casas para vivir en ellas. Como no
sabían hacer una grande para todos hicieron varias más pequeñas en
las que cupiese un fuego para cada dos o cada tres y así seguir
reuniéndose alrededor del fuego para contar las historias de cómo
aparecieron en la puerta de la cueva. La echaban de menos. Y como
estaban lejos de su madre AMALURRA, MARI y aunque tenían el fuego y
el Eguzkilore se sentían un poco desprotegidos. Decidieron que para
que MARI pudiera visitarlos tenían que tener una cueva cerca, así
que con grandes piedras imitando la casa de MARI hicieron como
pequeñas cuevas. (Vamos a ver el dolmen)
Pero sus casas
nuevas, las chozas que se habían construido con palos y ramas eran
algo diferentes a las cuevas y puede que estuvieran protegidos de
forma distinta por otros seres. Así se imaginaron que había un
genio llamado ETXEJAUN
o señor de la casa que les protegía y cuidaba la casa.
Surgen otros
genios que a veces ayudan y a veces no, pero siempre están cerca de
las casas de esta familia nuestra. Una vez uno de los chicos jóvenes
se fue al río a coger agua y vio a una mujer que tenía patas de
pato. Otro contó otra vez que se había encontrado con otra mujer
con patas de cabra. Estas eran las LAMIAS
vivían cerca de ellos y a veces se mezclaban en sus
historias.
SE
HACEN PASTORES
Hay
un momento en el que descubren que no hace falta ir siempre detrás
de los animales. Que cuando van detrás corriendo se asustan y se
van. Si les tratan con calma los animales se quedan tranquilos, así
comenzaron a coger ovejas y cabras del monte y vacas y llevarlas
cerca de sus casas, hicieron rebaños y comenzaron a criarlos y a
llevarlos de un sitio a otro para comer hierba. Esto era mucho más
tranquilo que salir de caza todos los días.
Cuando
los llevaban cerca de los bosques, se dieron cuenta que de vez en
cuando una oveja se perdía no sabían como encontrarla. Iban tras
ella y a veces se perdían ellos porque todavía no conocían muy
bien los bosques. ¿Habéis visto alguna vez un
rebaño de ovejas? Van todas juntas ¿verdad? ¿Y qué hacen los
pastores para que cuando una se va encontrarla? ¿Qué le ponen? ¿Qué
le pondríais vosotros?
Ellos
le pusieron unos cencerros, que son como unas campanas grandes menos
finas que hacen Tolon-Tolon (podemos cantar la
canción de la vaca lechera).
Descubrieron
que a veces, cuando ellos estaban lejos, todos los cencerros sonaban
a la vez y se dieron cuenta que en el bosque vivía el Señor del
bosque, BASAJAUN, que cuidaba del
rebaño cuando ellos no estaban cerca. Estaba cubierto de pelo y así
los animales no se asustaban. Era muy grande y ayudaba a los pastores
a avisarles de los peligros que ocurrían en el bosque, por ejemplo,
si alguna oveja o alguna vaca se perdía.
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